sábado, 8 de febrero de 2014

SEMANA BLANCA BOI TAULL 2014

“Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito” Ernest Shackleton 1913


Este fue el anuncio que puso en la prensa Ernest Shackleton para intentar reclutar expedicionarios que quisieran cruzar por primera vez en la historia el continente antártico pasando por el Polo Sur. La expedición del Endurance no salió perfecta, pero aquellos hombres pasarían a la historia por su tesón, compañerismo, lucha contra los elementos y por supuesto por su esfuerzo físico y mental

Aquella expedición del Endurance tuvo lugar entre los años 1914-1916, años en los que el esquí alpino ya contaba con unos 400 practicantes en el territorio de la Comunidad de Madrid. ¡400 practicantes en sólo 10 años!, pues fue en 1905 cuando el montañero madrileño Manuel González de Amezúa se calzó por primera vez en España unos rudimentarios esquís de madera atados con correas de cuero y descendió deslizándose por la Loma del Noruego, cerca del Puerto de Cotos.

Estas personas protagonistas de grandes gestas y ocurrencias aventureras hacen que hoy en día tengamos motivos y conocimientos para plantearnos retos y para querer esforzarnos en entornos cambiantes como la montaña.

Aunque el deporte del esquí en el año 2014 se practica en estaciones con remontes y el hotel esté cerca de las pistas no deja de ser toda una aventura pasar 5 días viviendo a 2000m de altitud. La lluvia se convierte en nieve con facilidad y el viento frío de la noche puede convertir la nieve húmeda en nieve dura. Por la mañana las botas están duras y los esquís pesan. Algunas veces los giros no salen a la primera y hay que clavar los cantos. Algunas veces los remontes nos dan tirones y las piernas se encuentran cansadas de tanto flexionarse y extenderse. Algunas veces las pistas son difíciles y no se ve del todo bien. Algunas veces nos caemos a la nieve y nos levantamos rápido. Algunas veces los esquís no entran en las fijaciones y los palos nos estorban.

Pero… ¿entonces qué tiene de bueno eso del esquí?
Lo primero, que es una actividad que nos permite ver paisajes maravillosos que podían cambiar varias veces a lo largo de un solo día.
Segundo, que las sensaciones que vive un esquiador son emocionantes; la velocidad, el frío en la cara, el dominio del cuerpo y los esquís, las diferencias entre un tipo de nieve y otra.
Tercero, disfrutar de los compañeros sonriendo, felices de estar viviendo esa semana con el cuerpo funcionando a tope, sintiendo los músculos trabajar. Y… ¡podría tirarme horas escribiendo cosas estupendas que ocurren en estos viajes deportivos¡
¡Solo espero que estas fotos inspiren a los alumnos de primero para que el año que viene se animen a vivir estas cosas!

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